Disciplina para niñ@s: Menos gritos, menos palabras y Más resultados

martes, 21 de enero de 2014

Comienza el año y con el nuevos propósitos, tanto de nuestra conducta como también en la forma de tratar a nuestr@s hij@s y sus puntos débiles en cuánto a comportamientos, muchas veces...mejor dicho...muchos padres/madres tenemos la buena voluntad de querer implementar disciplina y castigos no violentos para nuestr@s hij@s, queremos hacerlo pero a veces no sabemos cómo y/o por donde empezar porque en el momento que la cría se pone con sus rabietas a veces nosotr@s queremos ponernos al nivel de él/ella y hacer lo mismo, y ahora que ya pasó "Santa Claus", el niño Jesús y los reyes magos algunos padres/abuel@s que utilizan esta estrategia para que la cría se porte bien ya no funciona, porque ya no aplica el regalito si te portas bien. Al final el portarse bien en la vida no es para que papá o mamá me den regalo o me quieran, el portarse bien que funciona es para que a mí como individuo me vaya bien, es algo que he aprendido en base a acción-consecuencia lógica. Si quieren saber más sobre eso pueden leer este artículo pero en verdad ahora de lo que quiero hablarles es una parte del cómo que a mi en lo personal se me había olvidado.

Les cuento un poco de cómo volví nuevamente a realizar mejor y con alegría mi tarea de ser madres, pues resulta que a principios del año, me enferme, de gripe ( gran cosa me dirán jajaj) sólo que esta vez me quede afónica, cosa que tenía años de no sucederme; Con una niña de 3 y medio años, muy activa, la voz era para mi algo necesario, para explicar, para llamar al desayuno, almuerzo, cena, para decir "no", cantar y hacer otro tipo de cosas que hacemos las madres que nos estamos volviendo muy regañonas. 

Creo que en mi "afoniques" mis últimas palabras a mi hija fueron: "diré sólo lo necesario y en voz muy baja, porque no me siento bien, me ayudaría mucho que me escucharás a la primera"  y en esas palabras descubrí algo muuuuy importante que a veces en el día a día se nos olvida aunque lo sepamos...

1)  Las palabras no son tan importantes como la energía con la que se dicen y la congruencia de tus acciones con ellas-   Como no me sentía muy bien y no tenía voz, salvo tenía un micrófono de "Dora La Exploradora" para hablar las cosas importantes para que mi hija me escuchara, eso me obligaba a hablar bajo y si por algún motivo mi hija no me hacía caso pasaría inmediatamente a la consecuencia de esa acción sin riñas ni malas caras de mi parte simplemente a realizar lo acordado como consecuencia, sin amenazas ni más palabras, sino como un suceso acorde a la elección de mi hija. Y adivinen qué? Yo me cansaba menos, es decir descubrí que el educar o disciplinar no es algo que canse, que hay que repetir y repetir y repetir palabras, simplemente actuar acorde a la acción acordada y mi hija entendía mejor.

2) Como decía María Montessori: "La mejor enseñanza es la que utiliza la menor cantidad de palabras necesarias para la tarea."- lo experimente por mí misma y ví que frases cortas y claras en cuanto a disciplina es lo mejor, no hay que hablar tanto, y mucho menos gritar. Cuando uno esta afónico se piensa la frase para decir la menor cantidad de palabras posibles, te sugiero ese ejercicio al corregir a tu hij@, y el momento está a punto de ebullición, respira profundo e imaginate afónic@ al corregir, qué le dirías en voz suave, entiendo por supuesto que serán palabras amables.

Disciplinar a tu hij@ no tiene porque ser algo cansado, definitivamente es algo recurrente porque el/ella esta aprendiendo, pero no debería ser cansado/fatigante porque la acción que realiza tu hij@ no la esta cometiendo contra ti, esta conociendo su mundo y parte de conocerlo es experimentar, tu sólo eres un guía que mueve las piezas para mostrarle un resultado lógico de sus consecuencias, y pueda entender que así funciona el mundo: cada acción tiene una consecuencia.


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